Aguas manantiales

Cuando el río suena, agua lleva

Raro es el día que no se celebra el día de algo. El agua, las aguas de la tierra, se merecen el suyo, y la fecha elegida no está mal traída: el domingo 22 de marzo, con la primavera.

Pero, en realidad, las aguas se celebran a sí mismas. Y a ello se aplican con su propia voz. Nada hay en el mundo con más registros sonoros que el agua. Siempre pegada al terreno, define el relieve hasta en sus más mínimos detalles. El tiempo de reverberación de una gota que escurre da la medida de la caverna; el borboteo de los arroyos y regatos que serpentean ladera abajo indica dónde se encuentran las irregularidades del terreno; los cauces de los ríos trazan las aristas inferiores de los valles; y al despeñarse en las cascadas, el agua arranca sonidos a la roca lisa y, juntos, los dos elementos forman el sonido de las montañas.

Quieta o ladera abajo, gota a gota o en grandes masas, el agua siempre es la misma pero sus sonidos nunca se repiten.

 

Por las copas de los pinos

Primeros balbuceos de la primavera en los pinares de la sierra de Guadarrama.

Casi al final del invierno, en los pinares de montaña. En el aire limpio de una mañana fría y despejada.

Por la atmósfera quieta, sobre las copas de los pinos, corren voces rítmicas. Un carbonero garrapinos canta a compás. Detrás, sólo el silencio de la primera hora.

Abajo, entre la vegetación de una vaguada, rompe el canto explosivo de un chochín: siete gramos de pájaro que generan un torrente de voz.

Poco a poco el paisaje se anima con otras llamadas que empiezan a deambular por el bosque. Pasan unos herrerillos capuchinos, con sus voces entrelazadas; vaguada abajo tabletean los primeros picos picapinos del año.

El graznido arrastrado de un arrendajo rasga por un momento la atmósfera sonora. Pero pronto vuelve la armonía al pinar. Sigue el ritmo, regresa el garrapinos. Y aparece la melodía: canta un mirlo.

Publicado el sábado, 7 de marzo, en el audioblog El sonido de la naturaleza.

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/elsonidodelanaturaleza/2015/03/07/por-las-copas-de-los-pinos.html