Suspiros profundos, exhalaciones que parecen emerger del fondo del mar. Y a cuatro metros bajo el agua, unos gruñidos neumáticos, producidos por una respiración en circuito cerrado.
El sonograma de los pulsos y clicks de ecolocación de un grupo de delfines mulares (Tursiops truncatus) persiguiendo un banco de pescado. Archipiélago de Cabrera, frente al islote de Na Foradada. Profundidad del hidrófono 2 metros.