Canto general

Para conservar la especie, pues, primero hay que cantar y luego lo que se presente en cada caso.

Josep Pla, El canto universal de la primavera.

 

 

Acaba marzo y con el aire tibio nuevos sonidos llegan desde todos los rincones del campo. Comienza el canto general de la primavera o, lo que es lo mismo, arranca la temporada de celo. Por el momento sólo con unos pocos intérpretes. Los insectos empiezan ahora a despertar; los anfibios se limitan a las horas de la noche. Durante el día, pues, el fondo sonoro es para las aves sedentarias, las que año tras año eligen quedarse  para sobrellevar el invierno en lugar de viajar a latitudes más cálidas. Tras meses de frío y silencio es normal que se arranquen a cantar con ansias acumuladas.

En este video -la imagen al servicio del sonido- aparecen algunos de esos cantores. El primero un verdecillo, que trina incansable desde su rama. Escuchamos el canto indescriptible de un estornino en el tejado, en competencia con los piídos de un grupo de gorriones, siempre en comunidad, siempre discutiendo.

En un jardín, cualquier posadero es bueno para hacerse oír. En el mango de una carretilla un chochín, ocho gramos de pájaro, canta con toda la energía que cabe en un cuerpo tan pequeño: una serie de silbidos articulados que se suspenden en un trino rápido, la firma sonora de la especie. Cerca, en las ramas de un cedro, otro macho se da por aludido y responde. Y un tercero, sobre una morera aún sin hojas, se incorpora a esta discusión por las lindes.

No todo van a ser armonías y afinaciones. Arriba, desde la copa de un pino, grazna una corneja.

Y abajo, en la valla, parlotea un petirrojo, con su canto líquido y melódico.

El concierto natural es todavía bastante humilde. Faltan aún muchas voces. Pero nos indica que la buena estación viene para quedarse.

Publicado en el audioblog El sonido de la naturaleza

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/elsonidodelanaturaleza/2015/03/28/canto-general.html